Una
caricia tuya y mi alma se reinicia ...
... El arte de acariciar requiere, por encima de todo,
que seamos buenos artesanos del mundo emocional.
Las
caricias, los abrazos y las miradas de los seres que amamos son tan necesarias
en nuestra vida como lo son las raíces para un árbol. Sin ellas, nos iríamos
marchitando poco a poco.
... en nuestro ADN aparece codificada ya esa necesidad por
el contacto físico para sobrevivir como especie.
La
caricia diaria que reclama tu cerebro ...
... Ahora ya sabemos que el centinela que guía y alumbra
el placer de una caricia y quien las reclama como un alimento diario, es el
cerebro. No basta pues con “tocar”, es
necesario saber seducir y reafirmar el vínculo, porque el contacto físico que
genera bienestar, placer y seguridad debe ser ofrecido por alguien
significativo que a su vez, sea un buen artesano del mundo emocional.
A veces, cuando acariciamos una piel, buscamos también
acariciar el deseo que nos despierta nuestro propio deseo en la otra persona.
La piel es un campo minado por cinco millones de
terminaciones nerviosas, y eso es algo fascinante, porque nos abre todo un mapa
que descubrir, que atender y que activar. Por ello, estamos seguros de que te
gustará descubrir cuáles son esos mecanismos capaces de generar las caricias
más placenteras, esas que reinician nuestra alma...
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