sábado, 11 de junho de 2016




Una caricia tuya y mi alma se reinicia ...




... El arte de acariciar requiere, por encima de todo, que seamos buenos artesanos del mundo emocional.


Las caricias, los abrazos y las miradas de los seres que amamos son tan necesarias en nuestra vida como lo son las raíces para un árbol. Sin ellas, nos iríamos marchitando poco a poco.

... en nuestro ADN aparece codificada ya esa necesidad por el contacto físico para sobrevivir como especie.


La caricia diaria que reclama tu cerebro ... 

... Ahora ya sabemos que el centinela que guía y alumbra el placer de una caricia y quien las reclama como un alimento diario, es el cerebro. No basta pues con “tocar”,  es necesario saber seducir y reafirmar el vínculo, porque el contacto físico que genera bienestar, placer y seguridad debe ser ofrecido por alguien significativo que a su vez, sea un buen artesano del mundo emocional.

A veces, cuando acariciamos una piel, buscamos también acariciar el deseo que nos despierta nuestro propio deseo en la otra persona.

La piel es un campo minado por cinco millones de terminaciones nerviosas, y eso es algo fascinante, porque nos abre todo un mapa que descubrir, que atender y que activar. Por ello, estamos seguros de que te gustará descubrir cuáles son esos mecanismos capaces de generar las caricias más placenteras, esas que reinician nuestra alma...

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