Cómo escuchar y hacer más feliz a tu cerebro
Cada vez
más gente habla de mindfulness,
una de esas palabras anglosajonas de moda que se oyen por todas partes,
pero ¿sabemos realmente qué es?
Su traducción literal podría
ser “consciencia plena” y consiste en prestar
atención a nuestros pensamientos, emociones y sensaciones corporales,
así como al contexto que nos rodea. En otras palabras, es estar
capacitados para disfrutar del momento.
Todo se ha de basar en la
aceptación, es decir, en que el cerebro se centre en lo que recibe en el
momento y lo acepte sin entretenerse en hacer elaboradas interpretaciones.
Lioso, ¿verdad? Bueno,
podríamos simplificarlo diciendo que el poder está en el saber
y en la aceptación de los hechos y el momento, siendo
nuestro cerebro quien manda en todo esto. De ahí que sea importante conocer por
qué este órgano hace que a veces estemos ansiosos, tristes o enfadados.
Cuando la neurociencia analiza los
dos hemisferios del cerebro, se encuentran datos muy interesantes que
pueden ayudar a entender nuestro estado emocional y nuestra
actitud ante la vida. Seguro que has oído que en cada hemisferio
se alojan diferentes capacidades, como la creatividad, la memoria y el
análisis. Esto es lo que ocurre dentro de tu cabeza:
El hemisferio izquierdo miente
En la práctica, podemos simplificar
el proceso de percepción diciendo que nuestro hemisferio derecho recibe
la información del exterior y el izquierdo la interpreta,busca una
explicación.
Varios estudios han demostrado, en
los últimos 30 años, que el lado izquierdo del cerebro sobresale en la creación
de una explicación de lo que está pasando. El problema es que a él no
le importa mucho si la explicación es correcta o incorrecta.Dicho de otro
modo, la parte izquierda de nuestro cerebro no entiende que “el mapa no es el
territorio”. No tiene información perfecta, por lo que a veces mira demasiado
por su propio bien, preocupándose solo de generar una historia que
le satisfaga, lo que hace que en muchas ocasiones vea las
cosas muy diferentes a como son realmente.
Por ejemplo, si estamos en una comida
familiar o de amigos y la persona que tenemos al lado mira un momento su móvil,
nuestro lado izquierdo del cerebro puede llegar a hacer que pensemos
“incorrectamente” que estamos aburriendo a esa persona o que le caemos mal,
antes siquiera de pensar que alguien le escribió o que solo está mirando la
hora.
Identifica cuándo está trabajando tu hemisferio
izquierdo
Como el bazo, los pulmones o el
hígado, nuestro hemisferio izquierdo es parte de nosotros. Y aunque no
somos él -no solo existe el lado izquierdo y sus explicaciones-, debemos dejarlo
actuar y prestarle la atención necesaria. Tendremos que tratar de
comprender qué está haciendo, qué quiere decirnos y averiguar si está
sobreactuando.
Por ejemplo, si nuestro jefe
está agitado, la parte izquierda de nuestro cerebro podría reaccionar pensando
que nos van a despedir. Es en ese momento cuando elmindfulness y
nuestro control mental entran en acción. Nos sirve un: “espera, espera amigo”. Hay
muchas razones por las que tu jefe puede estar nervioso; puede que
tenga un mal día o que algo le preocupe, pero de ahí a empezar a vaciar
tu mesa hay un trecho.
Este tipo de control sobre la
forma práctica y realista de las interpretaciones que hace nuestra
parte izquierda del cerebro es el núcleo de la terapia cognitivo conductual, la
cual está estrechamente ligada con lo que el mindfulness persigue
o pretende.
Ayuda a tu lado izquierdo a ser un mejor narrador
de historias
Como vemos, el problema al que nos
enfrentamos se encuentra en el cerebro, en su forma de interpretar, de
intervenir y de enfocar las cosas. Pero esto solo significa que si el
problema está en nuestro cerebro, la solución también.
El lado izquierdo necesita una
mejor historia, así que dásela. Si está diciéndote que alguien “te odia”,
tienes que decirle que ese alguien “solo está de mal humor”. Llévale la
contraria y demuéstrale con tu creatividad que hay cientos de explicaciones
diferentes para una misma situación.
Cuando las historias que te cuenta tu
parte izquierda son realmente deprimentes, hay un ejercicio fácil y perfecto
para ponerle en su sitio. Antes de irte a dormir, escribe tres cosas
buenas que te hayan pasado durante el día. No tienen que ser
extraordinarias, pueden ser pequeños detalles como que de camino al trabajo
todos los semáforos estaban en verde o que cuando encendiste la radio sonó una
de tus canciones favoritas. Haz que tu parte positiva sobresalga sobre la
negatividad del hemisferio izquierdo y pronto empezarás a notar la diferencia.
Cada vez será más fácil encontrar
explicaciones no destructivas a los acontecimientos que vivas porque tu
cerebro estará entrenado para ver las cosas buenas antes que las malas. Por
ejemplo, una persona que trabaja limpiando en un hospital tiene dos opciones:
pensar que todo lo que hace en la vida es vaciar cubos de basura, o ver que
está ayudando a que la gente enferma se recupere y se sienta mejor. ¿Con cuál
te quedarías?
Resumiendo
Si queremos
alcanzar un estado de mindfulness, y tener una percepción del
mundo más equilibrada y real, hay que entrenar:
1. Aprende a
identificar cuándo está trabajando tu hemisferio izquierdo.
2. Dile que
se calme y corrígele.
3. Ayúdale a crear
una historia mejor que explique lo que está percibiendo.
No solo todo
son cosas malas; a veces nuestra parte zurda se complementa a la perfección con
la parte diestra y generan maravillosas sensaciones del mundo.
En ocasiones,
el lado izquierdo hace un gran trabajo. Da interpretaciones precisas, ve
patrones muy interesantes y cuenta una historia significativa acerca de nuestro
presente, de nuestra vida. Es solo que esta parte necesita estar bajo un cierto
control, tenemos que conseguir que “las voces” de nuestra cabeza sean
buenas.
http://lavozdelmuro.net/como-escuchar-y-hacer-mas-feliz-a-tu-cerebro/
Nenhum comentário:
Postar um comentário