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SOLO LO QUE QUEDA
No se sabe en qué orden sucedieron esas cosas:
arrancar las fotos, comerse la esperanza, espantar la alegría y quemar las
flores de papel. Después de todo eso, él quería continuar la historia, de la misma
manera que antes. Después de apagar la luz y oscurecer la casa, él esperó la cama
tibia, el café recién hecho, la atención, como si nada.
Allí se fue la claridade y la esperanza se desvaneció. La cama se ha enfriado, el café se ha agriado.
Ya no hay razones para cantar y bailar ... ni amar ... Solo queda: llorar y no esperar nada.
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